Los presentes movimientos y revoluciones sociales han planteado un gran reto tanto en los hogares como en los púlpitos. ¿Cómo podemos responder a la autonomía sexual en este mundo postmoderno de una manera que fortalezca sin forjar un frente que estorbe la proclamación de esperanza en Cristo a nuestros hijos y al mundo que nos rodea? La respuesta tendrá que ser multiforme, siempre llena de gracia y de verdad.
Hemos de edificar un baluarte para proteger la pureza de los jóvenes, pero a la vez salir para ministrar, lo cual es un equilibrio no tan fácil de lograr. Sin embargo, si no lo hacemos hoy, de aquí a 20 años solo estaremos a la defensiva. En cuanto a la pureza sexual ante los movimientos modernos, es hora de que dejemos la guerra de memes en redes sociales y comencemos a presentar los fundamentos originales a nuestra sociedad.
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