Un apellido, una historia, una familia, una sobreviviente, una MUJER REAL.
Una mujer real tiene una identidad clara, es genuina y habla de asuntos cotidianos. Tiene días que siente confusión, aflicción y agotamiento, mas eso no la hace menos espiritual ni valiosa. Es una hija de la promesa, tiene Propietario y un destino en Dios.
La autora, Kimmey Raschke, expone sin reservas sus diversas experiencias como hija de un evangelista reconocido, exsenadora, predicadora y esposa. Utilizando a varias mujeres de la Biblia y cómo estas enfrentaron cada proceso en su vida, ella entrelaza sus vivencias y enseña cómo caminar por encima de la adversidad. Con esto, Kimmey busca empoderar a la mujer con una identidad de Reino y con las armas que le darán la victoria en cada situación que enfrente en la vida.
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