Como cristianos, a menudo consideramos que las cuestiones políticas nos son ajenas, pero lo cierto es que Dios quiere que participemos en ellas con sabiduría. Nuestra responsabilidad como creyentes es luchar para que las ideas izquierdistas de los movimientos políticos modernos no prevalezcan sobre los principios bíblicos.
David Hormachea le enseña al lector a considerar que Mardoqueo y Ester son un ejemplo para nosotros al involucrarnos en la vida política de nuestras naciones. Llama a instruir a las nuevas generaciones en la Palabra de Dios, a fin de que tengan recursos que les permitan defender los principios bíblicos en el futuro.
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